Las pesadillas en los bebés y niños suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche (en la fase REM). El niño se despierta fácilmente y de forma abrupta, y por este motivo, es capaz de recordar lo que ha pasado.
En el caso de las pesadillas, no hay tantas manifestaciones físicas como en los terrores nocturnos, puede haber llanto, sudores o temblores pero la principal diferencia es que está consciente y despierto. Puede hablar del episodio y necesita consuelo para poder volver a dormir.
¿Qué podemos hacer si nuestro bebé o niño ha sufrido una pesadilla?
- Que nos cuente sobre qué es la pesadilla y consolarlo hasta que se tranquilice.
- Si siempre es sobre el mismo tema, puede ayudar hacer alguna actividad al día siguiente sobre ella que ayude a disipar el miedo, por ejemplo hacer un dibujo de la escena o cambiarle el final por un divertido.
Descubre qué son los terrores nocturnos.
