El miedo a la oscuridad es un trastorno de ansiedad que causa temor al estar en áreas oscuras o cuando hay poca luz. Puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en niños pequeños
El miedo a la oscuridad se debe a que los niños pequeños no tienen la misma capacidad para comprender el mundo como los adultos. Por ello, les resulta difícil distinguir entre lo real y lo imaginario, y les resulta más fácil asociar la oscuridad con algo aterrador. Suele comenzar en torno a los 2 años cuando los peques adquieren la capacidad de imaginar.
El miedo a la oscuridad puede afectar el sueño de los niños de diversas maneras. Pueden experimentar insomnio, despertarse con más frecuencia durante la noche, tener pesadillas, despertarse temprano o experimentar ansiedad antes de acostarse. Esto puede llevar a que los niños no obtengan el descanso adecuado, lo que puede afectar su capacidad para funcionar adecuadamente durante el día.
Los padres pueden ayudar a los niños a superar el miedo a la oscuridad mediante la creación de un ambiente seguro en el que se sientan protegidos y comprendidos. Esto puede incluir abrazos, palabras de aliento y la presencia de una luz tenue durante la noche, así como la implementación de una rutina de sueño consistente. Los cuentos para dormir también pueden ser un gran aliado, como «dormir sin miedo».