Cuando dormimos en la noche, pasamos por varios ciclos de sueño. Cada ciclo de sueño está conformado por distintas fases y cada fase tiene unas características y una función biológica.
La evidencia científica clasifica el sueño en dos etapas principales: el sueño REM (Rapid Eye Movement) y el sueño N-REM (Non Rapid Eye Movement) que éste a su vez se divide en 4 fases diferentes.
En cada ciclo de sueño que en los adultos dura entre 90 y 120 minutos vamos transitando entre los distintos ciclos de sueño y oscilando entre sueño REM y N-REM en cada uno de estos ciclos.
Estos ciclos de sueño no son iguales durante todo el ciclo vital; hasta los 4 meses estos ciclos de sueño son muy distintos a cómo van a ser biológicamente a partir de los 6 meses. Antes de los 4 meses los bebés pasan el 50% de su sueño en una fase de sueño activo (lo que luego será el sueño REM) y el 50% en una fase de sueño tranquilo (lo que luego será el sueño N-REM).
A partir de los 4 meses, estos ciclos de sueño cambian integrando las fases del sueño N-REM y este cambio es lo que se traduce como la regresión de los 4 meses que en muchos bebés suele traducirse en más despertares y más dificultad para conciliar el sueño.
El ciclo de sueño en los bebés tiene una duración de 45-60 minutos y al finalizar cada ciclo de sueño se dan una serie de despertares breves denominados micro despertares.
Los bebés pasan por unos 4, 5 o 6 ciclos de sueño cada noche, según la duración de éstos y la cantidad de horas que duermen.