Hay numerosas condiciones o enfermedades que conocemos que afectan al sueño. De hecho, cualquier problema de salud que cause a un bebé dolor, malestar o altere sus funciones físicas en algún modo puede interferir con el sueño (que le cueste más conciliarlo, mantener el sueño o lograr un sueño realmente reparador).
Cuando los bebés están enfermos (y hablamos aquí de enfermedades comunes como resfriados, gastrointeritis, fiebre, etc) es habitual que su descanso se vea afectado. En muchas ocasiones nos preguntáis cómo debéis actuar respecto al sueño si vuestro bebé está enfermo. Aquí la pauta es clara; si estáis trabajando en lograr hábitos de sueño saludables o vuestro bebé tenía rutinas y un sueño saludable antes de enfermar, no os preocupéis en darle todo el apoyo emocional y físico que necesita. Mientras están enfermos no hay pautas ni reglas. Tratad de mantener sus rutinas y que haga buenas siestas pero si tenéis que introducir algún tipo de muletilla de sueño que ya habías logrado retirar, es normal. Una vez que mejore, podréis volver a la rutina anterior.
Esto es para enfermedades comunes, aún así, existen enfermedades (algunas crónicas) que afectan al sueño directamente y que vamos a citar a continuación:
– Anemia o deficiencia de hierro: El hierro es vital para el crecimiento y reparación de las células así como para una correcta función cardiovascular. Además el hierro está estrechamente relacionado con una buena calidad del sueño y el correcto desarrollo de las fases de sueño. Los bebés que tienen el hierro por debajo de los parámetros establecidos suelen tener insomnio, fatiga, cansancio extremo y pueden sufrir ciertas parasomnias además de que su calidad del sueño es mucho más baja. Cuando un bebé es diagnosticado con bajo hierro, con el correcto tratamiento por parte de un especialista, pueden lograrse mejoras considerables en su forma de dormir.
– Asma y eczemas cutáneos
– Epilepsia
– Diabetes
– Migrañas
– Reflujo gastroesofágico
– Fibrosis quística
– Artritis
– Enfermedades del neurodesarrollo
