El colecho es la práctica de dormir con el bebé compartiendo la misma cama. Según James McKenna, catedrático en antropología en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, EEUU y que también dirige el Laboratorio del Comportamiento del Sueño Maternoinfantil,
«el colecho hace referencia a las diferentes formas en que los bebés, situados generalmente al alcance de la mano, duermen en una cercanía emocional y física con sus padres. Ya sea para darse protección, calor, alimento o confort».
Para este autor «se considera que una familia colecha cuando sus miembros se abrazan, acurrucan y duermen lo bastante cerca como para detectarse y responderse entre sí».
El colecho es una práctica segura y milenaria siempre que se sigan las pautas de colecho seguro:
– El bebé debe dormir sobre una superficie limpia, firme y que no esté acolchada. Lo ideal es colocar el colchon en el centro de la habitación sin la estructura de la cama.
– El entorno debe ser libre de humo, si alguno de los padres fuma, no se debería compartir cama.
– No compartir cama con el bebé si alguno de los padres ha consumido alcohol, sedantes, medicamentes o cualquier sustancia que cause una alteración de la consciencia o notable somnolencia.
– No compartir cama si existe algún espacio entre la cama y la pared donde el bebé podría quedar atrapado. – No compartir cama si la persona que duerme junto al bebé es considerablemente obesa.
– No compartir cama con también hermanos mayores que no entienden los riesgos del colecho. – No compartir cama con animales.
– No dejar al bebé en la cama del adulto solo y sin supervisión.
– No utilizar ropa de cama gruesa, sábanas porosas y preferiblemente de algodón. – No dejar que nada cubra la cabeza del bebé (almohadas, mantas, etc).
– No vestir al bebé con demasiada ropa, el contacto cercano incrementa su temperatura.